Si tuviera que decir cuáles son los aspectos a los que profesionalmente me da más miedo enfrentarme, serían un equipo de trabajo que no funcione y una cultura organizativa rígida que no promueva la innovación y las nuevas ideas.
En el mundo actual, la tecnología hace que los productos sean fácilmente copiables y las ventajas competitivas deben estar soportadas en aspectos más sofisticados relacionados con el equipo humano que hace posible una buena experiencia de cliente, una innovación continuada y un compromiso más allá de los esperado (lo que llaman los ingleses la milla extra).
En este artículo, me gustaría centrarme en las características que tienen en común los equipos de alto rendimiento…, el nombre no me gusta especialmente ya que no refleja lo que hay dentro, pero es la nomenclatura que todos conocemos.
Pertenecer a un equipo de alto rendimiento tiene ventajas para todos sus miembros: los que forman parte consiguen desarrollar su empleabilidad, aprender de sus compañeros en un entorno de confianza y sacar a la luz su mejor versión, los mandos se ponen a prueba en un entorno muy exigente como facilitadores de la labor del equipo ofreciendo feedback y desarrollando talento, y la empresa dispone de una maquinaria lo suficientemente engrasada para hacer frente de forma ágil a un mundo en continuo movimiento… Un equipo con resultados excelentes tiene además mucho de pasión, orgullo de pertenencia, aprendizaje, diversión y optimismo.
Llevo más de una década dirigiendo equipos de diversos tamaños, hablando con profesionales en puestos de responsabilidad en otros sectores y áreas de actividad, tratando de encontrar la pócima mágica de los equipos excelentes… En este punto, me he dado cuenta de que no hay fórmulas solo comportamientos /actitudes que funcionan y que hay mucho de arte e intuición para movilizar a personas que a priori tienen propósitos diferentes.
El buen funcionamiento de un equipo no se consigue solo con tener a la persona adecuada en el puesto adecuado sino que es necesario que los equipos cuenten con las 3 E’s de la comunicación -tal y como las definió Alex “Sandy” Pentland’s April 2012 HBR en el artículo The New Science of Building Great Teams– : Energía (cómo y cuánto se comunican los miembros y el equilibro entre hablar-escuchar), Compromiso (cómo se comunican como grupo) y Exploración (cómo se comunican con otros grupos). No es algo sencillo, ni que pueda conseguirse en el corto plazo, por lo que cuanto antes las organizaciones empiecen a “sembrar y regar” antes podrán beneficiarse de los resultados.
Los equipos de alto rendimiento son necesarios en todas las áreas de la organización por lo que normalmente están dirigidos por profesionales que combinan habilidades técnicas y de gestión. Por este motivo, todos los profesionales con equipos a su cargo deberían ser unos apasionados de las personas y tener formación y seguimiento específico para crear estos equipos y solucionar los posibles bloqueos que surjan en el camino.
La creación de los equipos de alto rendimiento empieza con la selección de perfiles complementarios y diversos que generen ideas innovadoras y en los que sus miembros se ayuden a superar barreras. Los equipos cambian, nacen y se hacen por lo que la gestión de equipos de alto rendimiento no acaba con la primera puesta a punto, sino que es ahí donde empieza.
En mi experiencia y bastante compartido con otros colegas, es la confianza el hilo conductor de las relaciones humanas. Una confianza bastada en el ganar-ganar y en el dejar hacer, evitando ser demasiado intrusivo en la ejecución. El protagonista es el equipo y no está personalizado en el mando. Creer en el equipo y dejarles actuar les hace grandes.
Otro punto importante es la exigencia, tratándoles como los profesionales que son, capaces de asumir responsabilidades, aumentando la visión global de sus acciones para que sean capaces de conocer el para qué de las mismas y el impacto de su trabajo en toda la organización.
En toda relación humana, la comunicación es un factor crítico, aportar una comunicación clara, constante y transparente sobre los objetivos y prioridades, inspirar, generar visión de equipo, aportar entusiasmo, afrontar los conflictos como parte de la relación desde el respeto y la humildad … ante lo urgente, hay tentación de dejar la gestión de equipos en un segundo plano, ¡¡error!!, sin un equipo engrasado y alineado, nos quedamos en apagar fuegos y no construimos las empresas del mañana… otro lo hará y nos adelantará por el carril derecho…
Por último, trataría la gestión del cambio, los equipos de diversa índole, y especialmente Financieros y de Recursos Humanos, van a vivir una transformación radical y una redefinición de sus puestos de trabajo, el miedo a lo desconocido es innato a la condición humana, pero en un equipo de alto rendimiento el cambio es más sencillo ya que están en continuo aprendizaje, confían en sí mismos y son flexibles en los Cómo en beneficio del objetivo.
Aunque hay momentos complicados, hay muchas ventajas.
¿A qué esperas para crear o revitalizar tu equipo de alto rendimiento?
Prado García-Miguel
Controller financiero y Coach Ejecutivo.