El espacio y contexto de trabajo es uno de los temas importantes en el que ahora muchas grandes organizaciones están haciendo hincapié. Los nuevos profesionales demandan un contexto organizativo de coworking divertido en el que exista colaboración real y comunicación frecuente y en el que espacio de trabajo sea más parecido al de un café tipo Starbucks que a un puesto de las viejas oficinas de las célebres viñetas de Dilbet. Atraen ambientes en el que se mezclen empresas grandes, startups y emprendedores autónomos conformando un contexto organizativo diverso en el que se fomenten las relaciones sociales; en este sentido, estos contextos creativos y divertidos es bueno que incorporen espacios de selfservices en los que se puedan compartir hasta las comidas compradas o llevadas al trabajo desde sus propias casas.
En esta dirección, las empresas tratan de estimular la generación de un buen ambiente en el que también se compita mediante la gamificación. Este fenómeno, también conocido como ludificación, consiste en introducir mecánicas de juegos en los entornos laborales. Se trata de implementar tareas por las que se consiguen puntos y se ganan gratificaciones como, por ejemplo, tiempo libre, comida o cena con la pareja en un restaurante cool….En conclusión, las empresas que más provecho sacan a los millennials son aquellas que crean oportunidades para que su impacto sea visible. Es curioso, porque aunque les gusta colaborar, un 58% de los millennials contesta que estaría dispuesto a comparar su rendimiento con el de otros compañeros frente al 48% de otras generaciones. Y lo que es más, estudios recientes sobre el asunto sostienen que el 37% confían sólo en sí mismos para terminar una tarea con precisión, superando en 10 puntos porcentuales al resto de generaciones.
Además, parece que los sistemas de evaluación del rendimiento anual que tienen las empresas, están pereclitados, porque las nuevas generaciones demandan comunicación y feedback muy frecuente, casi en real time, sobre cómo hacen su trabajo, porque el rendimiento es algo que se produce a diario y no pueden estar un año esperando. Quizá por ello una serie de grandes compañías han anunciado que están abandonando las evaluaciones anuales de rendimiento; hace pocos meses IBM hizo lo propio, uniéndose a Accenture, Adobe, Deloitte, GE, Microsoft, Netflix, etc. Sin embargo, en realidad no es que estén erradicando el modelo ni el sistema, sino que están intentado cambiarlo por otro que funcione mejor, algo que, a mi entender, aún no han encontrado, aunque lo que sí está claro es que la comunicación y feedback debe de ser permanentes y generarse un contexto laboral en el que el individuo sienta mayor libertad.
José Manuel Casado
Socio de 2.C Consulting