Según el Directorio Central de Empresas (DIRCE), publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), a 1 de enero de 2015 existían en España 3.186.878 de empresas. De estas empresas, 1.754.002 (55,04%) no tienen personal contratado y 3.181.811 (el 99,84%) tienen menos de 200 personas trabajando. Respecto a la actividad que desempeñan las empresas, 1.819.095 (57,1%) están en el sector servicios, 763.930 (24%) se dedican al comercio, 405.849 (12,7%) pertenecen al sector de la construcción y 198.004 (6,2%) son industrias. Según el informe Retrato de las Pyme 2015, elaborado por la Subdirección General de Apoyo a la PYME (Ministerio de Industria, Energía y Turismo), en esta distribución sectorial se observa cómo varía el tamaño empresarial en función de los sectores económicos. Así, el 85,8% de las empresas industriales son microempresas1, y de ellas el 47,4% tienen entre 1 y 9 personas trabajando. Sin embargo, los sectores de la construcción y resto de servicios aglutinan el mayor número de empresas (con un 61,5% y un 55,1% respectivamente) en el tramo de microempresas sin personal asalariado. En el sector del comercio, cerca del 50% son microempresas sin personal contratado y el 47% tienen entre 1 y 9 personas trabajando. Los datos anteriormente señalados, muestran un tejido empresarial compuesto en su mayoría por pequeñas y medianas empresas, a las que, en razón de su tamaño, la Ley no les impone la obligación de diseñar un plan de igualdad y, en consecuencia, optan por no hacerlo al considerar que tiene más dificultades que beneficios.
Los planes de igualdad les sobrepasan en términos de:
Detalle. Muchas pymes no establecen sus planes comerciales ni de inversión con el nivel de detalle con que se plantea un plan de igualdad. 1 Definición de microempresa: menos de 10 personas asalariadas y un volumen de negocios anual (la cantidad de dinero recibida en un período determinado) o balance general (estado del activo y del pasivo de una empresa) inferior a 2 millones de euros.
Recursos. Estas empresas no suelen contar con personal capacitado para abordar el diseño de un plan de igualdad y, en caso de que así sea, tienen poca disponibilidad, siendo muy común que la persona que dirige la entidad asuma las funciones de gestión de personal.
Recursos externos. No disponen de capital para la contratación de servicios externos.
Imagen. Por razón de su tamaño y visibilidad, no funciona como motivación y reducen su compromiso, lo que resulta imprescindible para mantener su apuesta por la igualdad de oportunidades a medio y largo plazo.
Falta de tiempo. Siempre hay otras cuestiones más urgentes y esta se va postergando. Sin embargo, este tipo de planteamiento puede hacer olvidar otra obligación legal que si tienen las pymes: respetar la igualdad de trato y oportunidades y adoptar medidas dirigidas a evitar cualquier tipo de discriminación en el ámbito laboral.
A pesar de estos factores que dificultan la implantación de la igualdad como valor rector en la gestión y organización de las pymes, es necesario destacar que este tipo de empresas cuentan con una serie de ventajas que facilitarían la elaboración de un plan de igualdad en la mayor parte de los casos:
Cercanía. Existe una gran proximidad entre la dirección de la empresa y las personas trabajadoras, lo que facilita la elaboración de un diagnóstico de situación más cercano a la realidad de la plantilla.
Compromiso. La dirección está fuertemente comprometida con el mantenimiento y crecimiento de una actividad que, en la mayoría de los casos, es su propia apuesta personal y, por tanto, buscará siempre mejorar para seguir creciendo.
Coparticipación. El hecho de tener un tamaño reducido, y que la persona a cargo de la dirección asuma también la función de gestión de personal, hace que la sensibilización y concienciación sea más fácil, una vez iniciado el proceso.
Rentabilidad. Buscan siempre la máxima rentabilidad. Quieren ir «a lo práctico» y ello conlleva que las medidas que se planteen sean puestas en práctica de una manera efectiva. bie_30_igualdad_oportunidades_pymes (1)