Hace poco leí un artículo en prensa que me hizo reflexionar bastante sobre el presente y el futuro de la función de Recursos Humanos. En dicho artículo se enumeraban una serie de puestos con salarios asociados y se establecía una comparativa por países. Lo que me llamó la atención es que el Director de Recursos Humanos es uno de los directores peor pagados, y España es el país donde su salario es más bajo en comparación con el resto de países que aparecían en el estudio.
También en estos últimos meses he tenido conocimiento de varias empresas que han decidido amortizar la posición de Director de RRHH.
Sinceramente creo que, o los profesionales de RRHH adoptamos una actitud más proactiva y nos convertimos en personas estratégicas dentro de las empresas, si nos dejan, o nuestra función acabará teniendo un papel secundario totalmente prescindible, como se empieza a demostrar.
Es hora de poner en valor lo que hacemos y en este sentido me parece que las certificaciones de RRHH que tiene HRCI® pueden ser una buena herramienta. Así lo creo, y por eso he optado por certificarme.
El hecho de que un grupo de expertos internacionales de valía contrastada se reúnan y fijen los conocimientos que tiene que tener hoy en día un profesional de RRHH me parece un paso adelante en la buena dirección.
Bajo mi punto de vista la certificación aporta una visión global que ayuda a abrir la mente y conocer cómo se trabaja en otros países del mundo. Además aporta reconocimiento y visibilidad tanto en tu empresa como entre los profesionales de este ámbito. A mi entender, se trata de un enfoque práctico muy orientado al negocio que es una de las carencias que nos encontramos hoy en España. Todo ello se completa con el conocimiento de metodologías y métricas para ser capaces de trasladar a números el impacto en la cuenta de resultados de las políticas que se ponen en marcha en diferentes ámbitos (selección, formación, desarrollo…).
La función de Recursos Humanos tiene que actuar como un facilitador dentro de la empresa para que las personas puedan desarrollar todo su potencial.
Pero siendo las certificaciones un paso necesario, no es suficiente, porque el hecho de que tengas una serie de conocimientos y experiencia certificados no implica necesariamente que seas un buen profesional. Los conocimientos tienen que ir avalados por las buenas prácticas y los logros obtenidos. Así pues, lo más importante es cómo poner en práctica esos conocimientos para ir ganando autoridad ante empleados, mandos intermedios, directivos, clientes y proveedores, es decir, ante todas aquellas personas que forman parte del entramado de una empresa.
En fin, demos un paso adelante. Pongamos en valor todo lo que hacemos y seamos facilitadores que permitan que los empleados desarrollen todo su potencial y lo pongan al servicio de la empresa, haciendo así un acto de fe en las personas, que siguen siendo, aunque a veces no lo parezca, el principal activo de las empresas.
Antonio González Pérez
Socio del Instituto HCyE y Asociado.