André Ribeiro. Vice President & Head of Madrid Office in BTS
Muchos soñábamos que una vez pasada la página de 2020 las cosas cambiarían para volver a como eran antes. Con algunos cambios para quedarse, es cierto. Pero enero nos ha mostrado que lo que quisiéramos que cambiara, sigue fundamentalmente igual. Ha sido un mes movido, pero lo que también muchos notamos es que estamos más preparados. Puede que haya retos con el despliegue de la vacuna para el COVID, pero parece que 2020 nos vacunó para este hiper VUCA.
La mayoría de los modelos de negocio está cambiando para buscar nuevas formas de defender sus ingresos, fortalecer y agilizar sus operaciones, y mantenerse vivos y rentables. Pero en muchos casos esa transformación va mucho más allá… Incorpora el tener un rol en el entorno donde operan, una definición de valor mucho más amplia que incluye sus equipos de personas, los clientes que sirven y la sociedad que les rodea.
Vivimos una época de transformación altamente apalancada en la tecnología, pero no olvidemos que fue el ingenio humano que ha creado esa tecnología. Y es precisamente ese ingenio humano lo que más necesitan las organizaciones de hoy en día para salir fortalecidas.
Es cierto que las grandes crisis pueden engullir líderes, pero también es cierto que traen disrupción y grandes líderes emergen en estas situaciones. Ejemplos no faltan a lo largo de la historia: Disney se fundó en 1929, el año de inicio de la gran depresión; Microsoft en 1975, tras una gran caída del PIB global que siguió la crisis del petróleo de 1973 y que no paró a Bill Gates y Paul Allen; Amazon, Google y Salesforce que se lanzaron a finales de la década de 90 y superaron la burbuja puntocom… En lo que destacan estas organizaciones no es en una ventaja tecnológica especial, sino en un liderazgo firme y una cultura sólida.
Debemos estar tranquilos por no tener todas las respuestas claras, pero inquietos por asegurar que nos estamos haciendo las preguntas adecuadas… Y por asegurar que estamos creando la cultura en nuestras organizaciones para potenciar la inteligencia colectiva e ir en búsqueda de ese rumbo y claridad.
Hoy más que nunca tenemos que invertir en nuestra transformación cultural. Cuanto mejor anticipemos tendencias, exploremos sus combinaciones y los escenarios futuros que esas pueden abrir, mejor podemos empezar a prepararnos hoy para ello, como países, empresas y organizaciones, e individuos. Los que solamente se centren en gestionar costes y liquidez serán los perdedores, mientras que los que se anticipen y adapten a un nuevo futuro, serán los ganadores.