David Reyero, Senior HR Business Partner en Sanofi Iberia
¿Cómo os ha afectado la crisis del covid?
Hoy el liderazgo empresarial potente, efectivo y sostenible es una combinación de “qués” (resultados, procesos, crecimiento, rentabilidad, datos…) y “cómos” (capacidades, conversaciones, ambiente de trabajo, propósito colectivo inspirador, compromiso, etc.).
La calidad de las relaciones internas entre personas y equipos es un “cómo” fundamental y una ventaja competitiva si se gestiona con inteligencia.
Varios factores apoyan su importancia: la diversidad de personalidades y mentalidades que conviven hoy en cualquier empresa, la creciente complejidad y exigencia del entorno o la necesidad de feedback interno y externo continuo, retador y sincero para innovar constantemente.
Además, el concepto de trabajo de calidad hoy va más allá de transacción de tiempo de dedicación y resultados por un sueldo. El talento cada vez valora más un ambiente laboral con relaciones sanas.
El Instituto relacional tiene un buen modelo que explica 5 claves de unas relaciones poderosas: pedir, ofrecer, acordar, escuchar y reconocer:
Pedir: ser transparentes y claros sobre tus intereses, objetivos y necesidades.
Ofrecer: proponer soluciones que tengan en cuenta también las necesidades de los demás.
Acordar: ser capaz de alcanzar soluciones gana-gana tras un proceso de conversación o negociación.
Reconocer: valorar a los demás (por su trabajo, por su talento…) para inspirarles a ser todavía mejores.
Escuchar: estar abierto al feedback ajeno con humildad y ánimo constructivo.
Hoy, que con el Covid tanto se habla de distancia social esta metodología diagnostica las “distancias relacionales” y los “tipos de relación” que cada empleado o directivo mantiene con sus personas clave. Todo ello con el objetivo de convertir posibles relaciones meramente operativas, defensivas o excluyentes en generadoras y enfocadas en construir vínculos y éxito compartido.
Cada vez más compañías pioneras en distintos sectores están poniendo el foco en esto para mejorar el clima de sus equipos (naturales o transversales), para hacer crecer a sus líderes, para empoderar y convertir a sus empleados en protagonistas de su trabajo y desarrollo.
Transformar relaciones en una organización es desarrollar y fortalecer su eficacia, calidad y cultura organizacional en un proceso que debe combinar el impulso de la dirección con un trabajo de abajo-arriba de los equipos.
Este entorno genera conductas positivas, hábitos saludables que generan cohesión y sentimiento de éxito compartido. Entornos laborales honestos y de alto rendimiento donde no se evita el natural conflicto (muchas veces es fuente de innovación y mayor claridad) sino que se aborda con diálogo y espíritu de mejora.
Una buena calidad relacional entre las personas de una organización no un ideal lejano o un concepto teórico sino un termómetro realista y muy práctico de la calidad de liderazgo y la cultura empresarial. Elementos que son críticos para el éxito a largo plazo de cualquier compañía.