Durante el evento organizado por la Asociación AEDIPE Centro, La Organización Del Siglo XXI: Nuevos patrones para la gestión de RRHH, tuve la gran suerte de conversar con Lotfi EL-Ghandouri.
Se define como un ciudadano del mundo y nómada eterno, nacido en Túnez, criado en Quebec vive entre Madrid y Montreal. Empresario, autor (“El Despido Interior” y “¿Te atreves?”) y conferencista internacional. Lotfi estableció Creative Society Group, para diseñar ecosistemas creativos en las empresas y la sociedad civil. Su interés por el desarrollo sostenible lo llevó a convertirse en el co-fundador del primer centro de innovación social en España: Hub Madrid y contribuir al desarrollo de la Red Mundial.
Se ha formado en Marketing y Comercio Internacional, ha sido ponente en muchos foros de prestigio, colabora con diferentes universidades y escuelas de negocios en ambos lados del Atlántico y ha conectado a miles de personas de todo el mundo.
¿Quieres saber más sobre esta genial persona? Te animo a que leas los consejos que nos brinda en esta conversación y que visites su web en http://hereislotfi.com/lotfi/
Tras finalizar este encuentro me di cuenta de que es increíble la paz que Lotfi trasmite y la sabiduría que albergan sus palabras.
Lotfi, como habéis comentado en la mesa redonda, el reto que tienen las organizaciones grandes es cuanto menos llamativo:
- Han centralizado todos sus servicios.
- Se han convertido en estructuras “estancas” en ciertos departamentos.
- No ofrecen gran flexibilidad de cambiarte de un departamento a otro.
- Algunas siguen con el lema de que “lo que funciona no se cambia”.
¿Qué visión tienes de lo que está sucediendo y la ruptura de la relación laboral?
Yo digo que lo que funciona se cuestiona. Creo que tenemos que diferenciar dos elementos, el derecho adquirido y el derecho cedido. Cuando una empresa quiere transformarse los empleados tienen miedo de perder los derechos adquiridos, y he ahí la equivocación: es un derecho cedido, no algo adquirido. Debemos adaptarnos a la nueva realidad. Debemos desde ambas partes encontrar un nuevo modelo de colaboración basada en la buena fe de ambas partes.
Por otro lado cuando un colaborador rinde al máximo, la empresa también debe entenderlo como un derecho cedido, es un regalo. El colaborador sólo ha de cumplir los objetivos, pero cumplir los objetivos no te lleva a innovar y a conseguir esa mejora continua. Para poder innovar, tiene que haber un compromiso adicional. Tienes que hablar de entrega. La empresa debe generar un entorno que invite a las personas a entregarse, a dar lo mejor de ellas. ¿Cómo conseguimos esto? Ese es el reto.
Muy interesante esa pregunta que planteas, tomamos nota.
Sigamos conociéndote, ¿Cómo se define Lotfi?
La gente se ríe cuando yo me defino como un nómada. Soy marroquí, tunecino, canadiense, vivo entre Madrid y Montreal, viajo todo el año… lo que a mí me gusta del nómada es la capacidad de inspirarse. La diferencia que tengo con otra gente, es que veo muchas cosas. Todos somos creativos, pero poca gente es capaz de crear nuevas perspectivas para que el resto sean creativos en esa línea. Yo me defino como una persona que abre perspectivas. Para ello tengo que ver muchas cosas, investigar, testear, compartir… En definitiva, soy un nómada que experimenta por el mundo.
Entonces, ¿una de tus fuentes de inspiración tiene mucho que ver con viajar?
Ver muchos puntos de vista te abre la mente. Recuerdo un caso en el que una profesora en Quebec replicó a un niño filipino que comía con tenedor y cuchara, y no con cuchillo. Allí se come así y me parece genial. Hay más de una forma de hacer las cosas. Tenemos que volver a pensar sobre el uso de las herramientas, porque necesitamos abrir nuevos ángulos de visión.
“…Yo digo que lo que funciona se cuestiona…”
Qué bueno. Una de las tareas que he tenido durante una parte de mi vida profesional ha sido calcular estructuras. Ahí he comprendido la importancia de ser flexible, de apartarte a las fuerzas externas a las que estás expuesto… Esto, si lo relacionamos con las organizaciones, vemos que se necesita gente flexible, como el bambú.
Si fuéramos todos bambús, el bosque sería muy feo. Necesitamos también el nogal, el haya, el roble…cada uno juega un papel diferente y necesario. Lo importante es tener claridad de cuál es tu papel. El bambú es interesante, pero también hace muchas raíces antes de salir, es flexible, y a la vez es un árbol muy enraizado.
En esta línea, necesitamos la fortaleza de grandes organizaciones. Pero ahora ellas también han de cambiar, de asociarse con micro organizaciones que se conviertan en sus sensores. Por ejemplo, en el Impact HUb conectamos a grandes ejecutivos con gente muy libre y pequeños empresarios. Ahí ves los sistemas de colaboración y cómo todos se nutren de todos.
Para mí esto es muy importante. A todos nos encanta el bambú, y ahora todos tenemos que comer soja, pero si todos comemos soja destruimos un montón de bosques. El asunto es ser quién tú eres. Por ejemplo, ahora hay políticos capaces de trabajar con el gris, con todos sus tonos. Necesitamos un arcoíris con todos sus colores.
Ahora entiendo, con esta conversación, un poco mejor una de tus frases de despedida “te deseo una vida feliz a tu manera”. Hemos de encontrar cada uno de nosotros esa manera, ese sitio y ese papel único a desempeñar.
Sí es la forma con la cual despedí a los lectores en El Despido Interior. Hay miles de formas de serlo. El reto es encontrar la nuestra.
Lotfi, volviendo a la bonita reflexión que hacías sobre el ser un nogal, roble, haya, bambú… y enlazándolo con la necesidad de encontrar nuestro talento, nuestra pasión… ¿por dónde empezamos? ¿Cómo encontrar tu sitio en la vida?
Experimentando. Yo creo que el reto que tenemos es la certeza. Hoy puedes definir todo lo que quieres del coche, antes no había opción. Ahora un niño puede ver lo que quiera en la televisión, a la hora que quiera. Antes había tres platos, y no te quedaba otra que probar uno, y es ahí cuando te dabas cuenta que te gustaba uno al menos.
Creo que el sitio lo encuentras a través de la experimentación y conviviendo con la duda. No falta talento sobre la tierra, sobra talento, lo que falta es que la gente descubra su talento y lo más importante, que confíe en él. Y es entonces, cuando lo haces, cuando te hablan de arrogancia, pero no lo es, es claridad. Tenemos que trabajar tus puntos débiles dicen algunos, ¡pues yo digo que no!
Hemos de potenciar entonces nuestros puntos fuertes.
Eso es, y rodearte de gente que tienen como puntos fuertes tus puntos débiles.
Y rodearte de gente que valore también lo que tú aportas como individuo y que esté dispuesto a escuchar lo que tienes que decir. Me parece increíble el escuchar a gente tan valiosa como vosotros, y a la vez desbordar tanta humildad y honestidad. El mensaje que enviáis es que hemos de “probar”, que no es gratis ni fácil e incluso es seguro que caeremos alguna vez, pero que tenemos el derecho y el deber de al menos intentarlo.
A nadie le gusta caerse. Lo difícil es el duelo que surge de ese cambio. Caerse y sufrir duele, pero lo importante es la velocidad con la que puedes superar ese duelo, de caer y levantarte. De cerrar esa etapa y pasar a otra. Y también pienso que las piedras también se quedan, no se dejan en el camino, son parte de la carga… pero cambian de materia, se hacen ligeras como piedra lunar.
No soy perfeccionista, soy no conformista. El perfeccionista está centrado en él, el no conformista se apoya en el propósito y lo cuestiona. En el instituto me dijeron que no tenía la capacidad de ir a la universidad, que nunca haría un máster… y eso me picaba, y al picarme, encontré mis caminos para conseguirlo. Yo soy hijo de inmigrantes, me considero un abre caminos, ellos tuvieron que buscarse la vida y es lo que yo estoy haciendo en la mía. En vez de atravesar el muro, buscaba caminos alternativos, rodeándolo. En el master no tenía nota para acceder, pues lo que conseguí fue crear un máster, hice campaña, capté estudiantes… de alguna forma es hacer algo que te sirve a ti, y que a la vez, vale también para otros. Este sentido de huella y de contribución se queda en todo lo que hago, y esto hace comunidad. La cultura española es muy generosa y colaborativa, y yo creo que son conceptos que como sociedad debemos de llevar no solo a nivel local, sino de meta de mayor escala.
“…Si fuéramos todos bambús, el bosque sería muy feo. Necesitamos también el nogal, el haya, el roble…cada uno juega un papel diferente y necesario…”
Hemos entendido que el presente es lo único que tenemos. ¿Cómo utilizar nuestro trabajo para aportar a los demás? De alguna forma, muchas start-ups surgen con este mensaje, el de contribuir a algo más grande que a ellos mismos.
Todas las starts-up que conozco que funcionan muy bien son personas que tenían una necesidad y que la juntaron con su pasión y su talento. La pregunta es, ¿cuál es tu pasión y en qué eres único? No es sencillo, pero hemos entendido que podemos acabar viviendo de ello. Tal vez no en un primer momento, pero sí después de trabajar duro. En tu caso estudiaste ingeniería, y ahora estás haciendo otras cosas, lo importante es como juntas eso pasado con lo actual.
Creo que lo importante es el impacto, cuando trasciendes el ser. Es algo muy espiritual. Cuando trasciendes, la gente se suma. Cuando preguntaron a Mark Zuckerberg si tenía un plan B se quedó sorprendido de la pregunta y dijo que era la muerte. Es decir que Facebook era su proyecto, no estaba ahí para venderla en base a especulaciones. Quiere marca historia con su proyecto. Quiere invertir en él porque creía en ello.
Cómo te rodeas, cómo es tu plan, cómo lo articulas… Es lo que marca la diferencia.
¿Qué opinas sobre la importancia de la consciencia? Muchas veces hablamos del fracaso, del miedo y de la opción de levantarte, de superar ese hito… De ser consciente que es posible superarse y conseguir optar a algo mejor.
Yo no hablaría de miedo, hablaría de audacia. Cuando publiqué “¿Te atreves?”, fue para decir ¡vamos a hablar de audacia! Esta tiene 4 componentes. La autoestima, la sabiduría, las habilidades y las ganas. Si uno de esos elementos falta lo que haces no es audaz sino temerario.
Has de estar presente, de estar alerta, y es entonces cuando ves cosas que nadie ve, ves una oportunidad y entras en ella. Para ello necesitas pararte, desacelerar, tomarte tu tiempo…
A mí el miedo me ayuda para entrar dentro de él y desmontarlo, entender qué me frena para poder continuar.
Pero en tu caso es miedo, ¿o son mariposas? Porque el miedo para mi es tirarme de este techo, pero lo otro es tener “yuyus”… confundimos los “yuyus” con el miedo.
Cuando la gente te dice, sal de tu zona de confort yo les digo, ¿para ir a dónde? Cuando dudas de ti, cuando piensas que no tienes las habilidades para hacer una u otra cosa, estás entrando en tu zona de descubrimiento. Y en esta zona de descubrimiento no sabes todo, no tienes puntos de referencia, faltan cosas que antes tenías bien identificadas… hemos de hablar de zona de descubrimiento. Y también hay que des-dramatizar: si un proyecto es muy importante, si es un proyecto de vida, nos decimos: “me juego la vida”…y esto no es cierto. Es un proyecto de vida porque te nutre, nada más.
Leí en uno te tus libros que comentabas que hemos de cambiar la pregunta ¿por qué estoy aquí? y sustituirla por ¿qué quiero hacer aquí? Y es cuando entra la importancia del tiempo, de lo efímero del momento, ¿qué hago para encontrar mi sito y para cambiar mi vida a tiempo?
Hay una historia de una señora mayor que fue llevada a Auswitch. Al subir al tren con su hermano pequeño, ella le dijo que era tonto por perder un zapato. Eso fue lo último que le dijo. Nunca lo vio de nuevo. Ahora ella con 90 años dice que siempre se pregunta si lo que está diciendo y haciendo ahora, si es lo que quiere que se quedase si fuera la última vez que viera a esa persona. Es muy poderoso.
Este sentido de momento efímero permite volver a lo esencial. Cuando estuve en India, me dijeron que me iba a cambiar la vida: cuando vas te dices que da igual tanta pasta, luego que da igual la casa… y poco a poco vuelves a lo esencial. Como volver a nuestro espíritu diciendo, ¡me la juego! pero teniendo claro para qué y para quién. Yo estoy aquí porque quiero realmente estar aquí, y desde aquí empiezo a dibujar.
“…Tenemos que trabajar tus puntos débiles dicen algunos, ¡pues yo digo que no!…has de rodearte de gente que tienen como puntos fuertes tus puntos débiles…”
Es esa capacidad de exposición a la crítica que nos comentaba Josef Ajram hoy. El tema de ser capaz de ir donde tus padres y decir que dejas la universidad o el trabajo, y estar expuesto a su juicio. El hecho de llegar a mucha gente y estar dispuesto a que el 10% te critique hagas lo que hagas.
Yo creo que tienes que regalar lo mejor de ti a cada persona, porque tú te lo mereces y porque es tu forma de estar en la vida. Si después la persona es ingrata, no lo puedes retirar. Lo importante es que lo hiciste con corazón y porque tú querías.
Rescato una frase que te escuché en una entrevista: “yo no puedo controlar lo que otros me digan, pero si como me afecta.”
Para mi esta frase es muy importante. Me la tengo que decir todos los días. Es como diciendo, no puedo controlar lo que piensa, dice, hace, siente otra persona, pero puedo gestionar cómo me afecta. No es cuestión de blindarte, porque te aíslas, has de fluir con ellas. No es negarlo, es aceptar que existe, y entender qué botón me está tocando para conocerte un poco mejor.
Enhorabuena por tus dos libros, “Te atreves” y el “Despido interior”. Lo compré pero te confieso que no creía iba a poder conocerte en persona. Y también enhorabuena por el Impact Hub, ese espacio de co-working tan especial que habéis creado. Estáis contribuyendo a cambiar el mundo siendo fieles a vosotros mismos y aportando a la sociedad cosas increíbles.
Mi objetivo no era de hacer dinero con el Impact Hub, fue de crear un espacio de experimentación. Yo soy inmigrante, y me creé una tribu. Esta tribu funcionó, y un montón de gente local se ha implicado, yo aporté y otros también han aportado cosas increíbles. Esta asociación de tribus locales con tribus globales hace que podamos hacer más cosas y construir una verdadera comunidad. ¿Cuáles son tus tribus? ¿Cuál es tu gran comunidad? Y desde ahí ver lo que ocurre.
Me encanta una frase de Larry Page que me presentó Javier Martin: “si estás cambiando el mundo, es que estás haciendo cosas importantes”. Enhorabuena por tu gran contribución, cuando os veo e investigo lo que estáis haciendo, veo vuestra huella en estos proyectos.
Muchas gracias. Ajustaría de cambiar el mundo desde lo cercano, para mí cambiar el mundo es importante y toco el mundo transformando mi entorno. Es decir cuidar las personas cercanas, mi familia, amigos. Muchas veces vamos muy lejos cuando la gente cercana nos necesita. Si ves a las empresas, entiendes que todo surge por necesidades que tenían esas personas o necesidades de su entorno, o de un desafío que estaban dispuestos a tomar, al que se sumó otra gente hasta convertirse en algo grande. Pero eso grande empieza por un pasito.
Yo, la verdad, no estoy para cambiar el mundo, estoy para influir, para contribuir, porque el mundo cambia constantemente estés tu o no, la vida es así. El tema es cuál es el momento de contribución que realmente quieras que trascienda, cuando piensas en trascender te pones al servicio, cuando te pones al servicio las cosas ocurren, que es contrario al egoísmo, la autenticidad está ahí.
Increíble el poder haber compartido esto contigo Lotfi, ha sido un placer el haberte conocido. Mil gracias por tu tiempo y por tus palabras.
Un placer haber compartido contigo y haber descubierto nuevas perspectivas.
Un abrazo,
Lotfi EL-Ghandouri y Rodrigo Sampedro Gutiérrez